¿LOS COMPLEMENTOS ALIMENTICIOS Y LA ACTIVIDAD FÍSICA: BUENOS, MALOS, ENGORDAN?
Resumen
Desde que tengo memoria mi madre me complementaba con vitaminas y minerales, hasta aceite de bacalao tuve que probar en ayunas. Ella creía que eso me daría mucha energía y de paso me ayudaría cumplir con mi sueño de llegar a ser miembro constante de la selección mexicana de voleibol. Hasta la fecha, continúo con ese hábito inculcado por mi madre de consumir vitaminas y minerales, y obviamente ya desde hace más una década no estoy en el equipo nacional.
Sin embargo, aunque ya mi requerimiento energético y de complementación no es tan exigente como cuando era deportista de alto rendimiento, el desgaste emocional y el estrés cotidiano merece una complementación para soportar la vorágine de la vida contemporánea y los trotes de 5 kilómetros diarios.
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