Firma: María Eugenia González Pereyra

Todos poseemos libre albedrío, y la principal manera que tenemos de acercarnos a Dios es: anhelar por el Creador intensamente, con fuertes y positivos deseos, todos los días; esforzarnos por articularlos en detalle y expresarnos -en nuestro propio idioma y con nuestra forma personal de expresarnos- ante Dios; feliz de aquél que incorpore esta práctica: Oración Consciente y Personalizada; en su vida.

Toda la vitalidad de Dios viene y sólo nos llega a través de nuestras oraciones, alabanzas, agradecimientos, plegarias y súplicas –sobretodo de vivir en Cristo-

Nuestra única fuerza está en la boca con corazón. La Palabra se expresa en la palabra…

en la palabra creamos, somos y hacemos.

Yo declaro que: Cristo es el hijo de Dios que por amor divino, vino a abrir las puertas del cielo;  que todo aquel que lo acepta y trabaja en una relación intima y personal con Él, encuentra el camino que lleva a la puerta del cielo, la que Él nos ha dejado abierta. Yo acepto que ahora que lo conozco la dicha es absoluta, que ya soy capaz de amar como siempre anhele amar. Gloria a Dios que me colma del amor para dar. Me inclino a recibir su mandato divino y me levanto para así cumplirlo.

GRACIAS, has tocado mi corazón y por siempre me has cuidado… preservaste en mi la pureza, inocencia, confianza. En los sucesos de vida me diste fortaleza para levantarme con aprendizaje, me has regalado la capacidad de la empatía, bendigo todo aquello que he vivido… pues heme aquí Señor, soy tu hija te tomo con todo, te tomo y te vuelvo a tomar…. 18 de agosto de 2013 es la fecha en que todo lo que en mi guardaba he decidido manifestar y declara el día como el día que en Ti nací. Gracias por tus bendiciones: la capacidad de amar, la voluntad de servir para servir, el saberme limpia de error y pecado por tu bendita Sangre y eterno amor.

Gracias por el camino que me ha traido a ti; te pido me conserves al lado del hombre que Tú has destinado para mí, permíteme ser buena mujer; motivo de dicha y paz en su corazón; dejame conocer de su amor y deja que lo acompañe en la predicación de Tú amor. Gracias por tocar e iluminar el camino del hijo que me prestaste y confiaste para criar… te lo regreso siendo un hombre bueno, para que Tú ahora que él ha crecido y es capaz de elegir lo abraces, toca su corazón y que te acepte en su corazón… te pido Dios, le regales la fe, la alegría, dale por favor el que pueda en vida dar testimonio de tu amar; pido la bendición de llegar a vieja y verlo cercano a mi vida;  que me sea dado con respeto, amor y cuidados mutuos. Te pido permitas que él forme una vida prospera al lado de una buena mujer -de preferencia sea cristiana- aquella perfecta para su misión; dale hijos y paz en su hogar. Cuando sea el tiempo en que me llames a tu lado deja que él y mi compañero de vida esten vivos para que me acompañen a encontrarme contigo Señor. Gracias por mi familia de origen, por todo lo que recibí. Sé que mis padres son los perfectos que Tú elegiste para mí, honro mi historia siendo digna hija tuya. Gracias por todas las personas que me regalan su amor, cuidado y tiempo. Nada más me es necesario, porque todo lo pones Tú en perfección; sirve pues la mesa con Tú generosa cena, que yo acepto tu invitación para seguir comiendo en tu benevolencia; dame lo qué sea oportuno para que pueda yo llevar tu Palabra en mi palabra, para amar y acompañar a mi compañero, para que mi alegría sea anzuelo en tu caña de pescar. Amén.