EL JUEGO Y SU RELACIÓN CON EL APRENDIZAJE EN EL NIÑO. Una de las características que se le atribuye al juego como medio de enseñanza-aprendizaje es que este conjunto con tantas otras actividades lúdicas resultan altamente motivantes. “El juego constituye una variedad de estímulos que permite acelerar el proceso de aprendizaje de todo tipo, ya que el individuo se somete voluntariamente a cualquier actividad que le resulte placentera”77 Decimos que la continua ejercitación que soporta el juego, construye el motor que proporciona el acceso al conocimiento de sí mismo y del mundo circundante, de igual forma la maduración de determinadas habilidades y la mejora de las capacidades físicas. No son pocos los autores que consideran el juego es uno de los principales mecanismos de aprendizaje, sobre todo en la infancia, aprendizaje que van desde los comportamientos imitativos más elementales hasta la formación de conceptos y de normas morales. Por medio de él , el niño adquiere el control de su propio cuerpo y desarrolla las habilidades y destrezas necesarias para su adecuado desarrollo social y cognitivo. En el tema anterior hemos desglosado las ideas fundamentales que consideramos importantes en el pensamiento de los autores ya mencionados. Queda claro que no interesa ni su postura ni sus decisiones, sólo certificar que el juego es verdaderamente el medio ideal para lograr llegar al conocimiento, éste descifrado en el aprendizaje; así lo han expresado Montessori, Frôbel, Wallon, Freinet, Decroly y más desglosado. Así decimos que en cuanto al desarrollo intelectual, el juego favorece la adquisición de repertorio básico de atención, discriminación y generalización, elementos que son indispensables para la formación de conceptos. En el juego el niño observa, experimenta y ejecuta tal cantidad de actividades que le permiten dar orden a la realidad que lo rodea, lo que a la postre se traducirá en una estrategia de razonamiento que le hará ser capaz de superar la inmediatez de lo directamente percibido. De hecho Piaget atribuye al juego un lugar importante en el desarrollo del pensamiento, en la adquisición de esquemas, estructuras y operaciones cognitivas. Cabe mencionar que no sólo para Piaget y compañía el juego fue trascendental en sus investigaciones, porque para Vigotski, el juego es un mediador que permite no solo los estímulos sino el espacio de encuentro con sus aprendizajes anteriores y con su posibilidad humana comunicativa para redefinir el estímulo y determinar autónomamente su propio concepto, igualmente en la teoría de aprendizaje significativo de Ausbel, la capacidad socializadora del juego es básica en el aprendizaje, dada la posibilidad que tiene de propiciar múltiples experiencias y proyecciones, capaces de otorgar información fácil de codificar significativamente. Vigotsky, citado por Gladis dice que: “El espacio lúdico ofrece al hombre la posibilidad de fabricar nuevos significados, sus comportamientos en el juego no solamente son de carácter simbólico, si no que los sujetos realizan sus deseos dejando que las categorías básicas de la realidad pasen a través de su experiencia”;78 A medida que el hombre actúa en el juego, piensa y a la vez se apropia y produce nuevos significados para la vida; por ejemplo un palo de escoba para un niño puede ser convertido a través de la acción en caballo; es decir, en un objeto (significante), se le atribuye otro significado y otras funciones (palo – caballo), esto significa que el juego es un acto de pensamiento que hace posible la construcción de conceptos cada vez más complejos de la realidad. De igual manera comprendemos que la actividad lúdica construye el potenciador de los diversos planos que configuran la personalidad del niño. Así encontramos que el desarrollo psicosocial como se denomina al crecimiento, la adquisición de saberes, la configuración de una personalidad, son características que el niño va adquiriendo, o apropiando a través del juego y en el juego. La actividad lúdica no es algo ajeno, no como un espacio al cual se acude para distensionarse sino, una condición para acceder a la vida, y al mundo que lo rodea. Jesús Morales, comenta que, es innegable el beneficio que aporta el juego al desarrollo psicomotriz del participante, haciéndolo hábil, perspicaz, ligero, rápido y fuerte y logrando con todo ello su alegría, deleite, sin premios y sin mayores recursos materiales. Para Vigotsky, el juego es: “un espacio de construcción de una semiótica que hace posible el desarrollo del pensamiento conceptual y teórico”79. Desde temprana edad el niño a partir de sus experiencias va formando conceptos, pero estos tienen un carácter descriptivo y referencial en cuanto se hayan circunscritos a las características físicas de los objetos. Estos conceptos giran alrededor del objeto representado y no del acto del pensamiento que lo capta. En contraposición los conceptos científicos están mediatizados por conceptos generales y articulados a un sistema de interrelaciones; estos conceptos a diferencia de los espontáneos que son comprendidos en la vida cotidiana, se producen fundamentalmente en la vida escolar investigativa. Estos procesos se hallan mediados por la producción de signos, es decir de señales, de objetos que se refieren a otros, y es en el juego cuando el niño inicia el proceso de construcción de signos que le permitirán acceder al pensamiento conceptual. Cuando el niño considera que el palo de escoba es un caballo, que un lápiz es un señor, que las llaves son un carro, no está dependiendo de las características y configuraciones iniciales de los objetos para asignarles otros significados. Esta característica del pensamiento simbólico, se ha realizado gracias a la acción y a los movimientos que el niño realiza con estos. Porque actuar sobre el medio exterior, para explorarlo, conocerlo y modificarlo, requiere de la motricidad,; Así lo comenta Piaget cuando señala que “Todos los mecanismos cognitivos se basan en la actividad motriz “80 Y claro está que aprender es actuar, y dice Schilder que la primera forma de conocimiento es el movimiento. Para que la actividad mental pueda llevarse a cabo requiere: un correcto desarrollo de los aprendizajes básicos, de carácter córporo – espacio y de una sociedad que lo transmita. De esta manera dice García Núñez, que este desarrollo de la actividad, expresado a través de la motricidad externa, dirigida a aprender el mundo exterior, conducirá a una motricidad interna; el pensamiento, que es capaz de comprender a aquel y transformarlo. De esta manera el juego vinculado a la construcción de conocimientos se realiza mediante la participación activa, vivenciada y reflexiva que al interior del juego surge; la construcción de aprendizajes en el juego: 1.- Se produce a través de la actividad. 2.- Conlleva un proceso de elaboración personal. 3.- Se origina en interacción con el entorno. En el primero, porque los alumnos se muestran activos en el juego de diferentes formas. Establecen relaciones con capacidades ya adquiridas y tratan de adaptarlas a las condiciones espacio – temporales que surgen a su interior; exploran esquemas nuevos que se presentan como respuesta a las diferentes situaciones – problema derivados del juego; se enfrentan a una situación de conflicto con sus compañeros en donde escuchan diferentes opiniones, y buscan soluciones en relación a la forma en que se ha resuelto los conflictos anteriores. En el segundo, porque permite establecer relaciones significativas entre lo ya conocido y los nuevos objetos de aprendizaje. Y por último, porque se origina con el entorno, porque dentro del proceso de comunicación y su relación con el entorno surgen la mayoría de las posibilidades de su aprendizaje. Además el conocimiento está presente en el niño no solo por que interactúa con el mundo exterior si no porque se comunica con su yo es decir, se interioriza así mismo y es capaz de modificar sus estructuras, en otras palabras y documentadas con los psicólogos y pedagogos ya mencionados, porque son capaces de construir y reconstruir actividades que les son útiles para llegar a transformarla; esto es posible mediante el juego, porque a través de él, el niño puede representar diferentes roles que el adulto lleva a cabo en la vida cotidiana, propiciando con esto que el niño construya su propia personalidad. Es así como se llega a la íntima relación del aprendizaje escolar y los juegos, pues por medio de la educación del movimiento el niño puede ir elaborando y favoreciendo el desarrollo de su esquema corporal y de organización perceptiva, así como su reestructuración espacio – tiempo, nociones indispensables para la conformación de la personalidad infantil y para el conocimiento y reconocimiento del otro. Por fin considero que el ciclo escolar resulta fundamental para desarrollar el periodo preparatorio del aprendizaje de la lecto -escritura inicial y el aprestamiento para las matemáticas. Por eso resulta esencial la adaptación afectiva del niño al ambiente de la escuela preescolar. Para ello es necesario que las educadoras de la escuela preescolar adopten los siguientes principios: * Se acepte la personalidad del niño tal como es * Se brinde afecto y cariño * Se estimule y motive las actividades que realiza * Se desarrollen todo tipo de actividades expresivas y de comunicación grupal * Y que desarrolle todo tipo de juegos psicomotrices y educar en el respeto mutuo. Para que esto quede más claro es necesario analizar los objetivos pedagógicos del juego y la manera de sustentarlo. 77 GLADIS, Elena; Op cit. pág. 42 78 IBID, pág. 43 79 MORALES, Córdova Jesús, op cit. pág 18 80 GARCIA, Núñez, Juan A. Juego y Psicomotricidad. Ed. Cepe, España, 2002. pág.21 |