Jornada revolucionaria, Bachillerato 15

En el marco de la Jornada Revolucionaria organizada por el Bachillerato Técnico 15, se llevó a cabo la conferencia “Impacto de la Revolución Maderista en Colima”, impartida por el historiador colimense Abelardo Ahumada, en el Archivo Histórico de la Universidad de Colima.

Ahumada explicó que, al igual que en el resto del país, a principios del siglo XX en Colima predominaban situaciones de desigualdad social y pobreza: “La mayoría eran analfabetas dedicados a trabajar como sirvientes en las haciendas o como peones en el campo, y la situación de los indígenas de la entidad rayaba en la más grande de las miserias”.

“En pocas palabras –dijo el historiador– la población era eminentemente rural y sólo había pocas industrias; en contraparte, los políticos imitaban a Porfirio Díaz reeligiéndose varias veces y sólo se preocupaban por mantener una situación favorable para sí mismos”.

En este sentido, Abelardo Ahumada comentó que en Colima y en el resto del país, mucha gente ya estaba enfadada por esta situación y comenzó a presionar para producir un cambio. “En Colima nadie podía hablar mal del presidente, ni del gobernador, pues se convertían en enemigos del régimen y eran encarcelados o asesinados”.

Abundó que en 1908, Porfirio Díaz llegó a Colima para inaugurar el ferrocarril y el puerto de Manzanillo, y con ello la Modernidad en nuestro bello estado. Sin embargo, destacó Ahumada, “otro acto interesante ocurrió en diciembre de 1909, cuando Madero hizo acto de presencia en un pequeño mitin en el antiguo mercadito de El Rastrillo”.

El historiador expuso que, luego del destierro de Don Porfirio, Madero llegó a ocupar la Presidencia, por lo que en Colima también se convocó a unas elecciones en las cuales contendieron dos candidatos: Gregorio Torres Quintero y J. Trinidad Alamillo, resultando este último el triunfador.

Finalmente, señaló que el gobernador Alamillo, “aunque buscó impulsar a Colima, no pudo hacerlo, ya que un mes antes de que viniera Madero como presidente (febrero de 1913) lo asesinaron, y el gobernador tuvo que ponerse a las órdenes de Victoriano Huerta, culminando así este periodo de la historia mexicana”.