*El investigador catalán, que realiza una estancia de trabajo en el Centro Universitario de Investigaciones Sociales de la Universidad de Colima, impartió conferencia en el Museo Regional de Historia. **“La investigación que se etiqueta como crítica pero que obedece a posturas doctrinales, religiosas o radicales, no genera conocimiento relevante, útil para la toma de decisiones racionales en beneficio de la sociedad, sino propaganda disfrazada de ciencia”, expuso. “La función del investigador académico es generar conocimiento relevante para tomar decisiones en la sociedad, de lo contrario se convierte en un documentalista”, dijo Bernat López durante la conferencia “Consideraciones críticas sobre la investigación crítica”, que dictó en el Museo Regional de Historia. Para el investigador catalán, en la investigación académica intervienen factores como la ideología, el sesgo, el enfoque, la deontología y la neutralidad: “El académico puede tener posicionamiento ideológico sobre el tema y por ende influir en la generación del conocimiento”, dijo. También señaló lo difícil que es para un investigador ser neutral cuando ya tiene una ideología y una posición sobre un problema. Bernat López dijo que, no obstante, los académicos deben estar conscientes de que la sociedad es quien paga su salario mediante el cobro de impuestos; por lo tanto, “nuestra función es generar conocimiento relevante, no sólo datos sino marcos interpretativos, teorías, modelos y herramientas para que grupos, instituciones, políticos y empresas tomen decisiones que beneficien a la sociedad. Creo que un académico debe ir más allá para justificar su sueldo”. La crítica académica, para este investigador que se encuentra realizando su estancia en el Centro Universitario de Ciencias Sociales (CUIS) de la Universidad de Colima, debería ser flexible, autocrítica y auto reflexiva, minuciosa, modesta y dispuesta a la refutación. “La crítica social espera ver la realidad entre sus interacciones, dinámicas, transformación, cambios; no tiene una visión estática de la realidad, del mundo, no debería tener una visión normativa de lo que debe ser el mundo sino que observa la realidad y acepta su complejidad, la valora, no la niega y acepta su carácter cambiante”, mencionó el conferencista. Por el contrario, la investigación que se etiqueta como crítica pero que obedece a posturas doctrinales, religiosas o radicales, “no genera conocimiento relevante, útil para la toma de decisiones racionales en beneficio de la sociedad, sino propaganda disfrazada de ciencia”, señaló Bernat López. Este tipo de investigación no sólo afecta al ámbito académico, sino a la sociedad, donde se analiza desde sus pares dicotómicos, es decir, lo bueno y lo malo, opresores y oprimidos, pero no existe una neutralidad para observar la realidad, dijo. Está claro que “todo investigador tiene ideología; por lo tanto, el riesgo del sesgo está siempre en nuestra actividad. Debemos estar conscientes de ella y luchar para que no condicione nuestros resultados”. Enfatizó que si un académico se rige por la crítica no académica, sino la doctrinaria, genera propaganda disfrazada de ciencia: “La única propaganda legítima en la academia, para mí, es la que uno hace de sí mismo, porque hay que venderse”. También sería factible que un académico haga propaganda, pero fuera de sus horas de trabajo, “porque la sociedad no le paga para que haga propaganda de una idea, postulado o corriente”, finalizó. |