| SEMANA de cambios, o mejor dicho, de materialización de los cambios que por tiempo se han venido gestando; tantos referentes distintos y una sola fe. No hay nada que ocurra sin que esto sea lo mejor para uno mismo y para los demás. Agradezco las bendiciones recibidas y los talentos que me dan sustento.
 Hay un libro que me parece extraordinario, es un libro que trata de fe, religión y de los deberes de los hombres y las mujeres; a mí me atrapó, como te atrapa una novela inolvidable. Entre sus letras me perdí en una develación continua. Lo recomiendo ampliamente, se llama En el jardín de la fe, escrito por R. Shalom Arush. Si tienen oportunidad no dejen de leerlo, quizás también a ustedes les modifique la perspectiva y siembre la alegría permanente en su corazón, como sucedió conmigo.
Este libro, de manera sencilla nos lleva a conocer las bases del judaísmo, y si bien yo soy católica, me di cuenta de lo similares que son en su esencia las bases de la enseñanza espiritual. Deseo que la religión no les impida disfrutar de este lenguaje sencillo y profundo conocimiento.
La piedra angular de una vida dichosa está en la fe; la fe nos es dada por Dios, esa no la podemos comprar, aprender ni practicar sin que nos sea otorgada; por eso nos invitan a “clamar a Dios” por la fe, a pedirle todos los días que nos la regale y con ello nos bendiga.
Y sí, es más que claro que sin la fe no podríamos entender los principios básicos de la espiritualidad, como lo son:
1. Todo lo que ocurre es porque Dios así lo quiere.
2. Todo lo que ocurre siempre es por mi bien.
3. Todo lo que pase es motivo de profunda alegría.
 Cuando leí eso, acepto que ya lo había escuchado y confieso que no tenía raíces, solo lo sabía por encimita, como niña del catecismo que repite y no comprende. Al leer, fui cayendo en la cuenta de que lo que yo decía era mi fe, pues en verdad no lo era, no por lo menos como ahí en la lectura; aprendí qué es y supe que debía pedirla… Pues es la fe, la adulta y congruente en actos y sentires, la que verdaderamente me ha permitido encontrar el significado y la experiencia de ser feliz permanentemente.
Los actos tiene sus consecuencias; la razón más allá del “pecado y castigo” está en un equilibrio y justicia que no es ciega y sí justa. Tiene importancia la oración para convertir las culpas en impulsores de una buena acción y para llegar a la aceptación de lo que aparentemente es caótico, con la certeza de que es por el bien propio… Así es más fácil sortear y enfrentar las adversidades… La fe siembra la esperanza. Recordemos que sin esperanza, la vida es nada.
 Dos faltas, de entre todas parecen ser las más graves y las que mayor necesidad de equilibrio reclaman:
• El creer que lo que hacemos bien, lo hacemos solos y por nuestra propia mano, sin agradecer a Dios por el talento recibido y sin reconocer la ayuda de otros, sean nuestros ancestros o bien, personas que colaboraron para que un éxito nos fuese adjudicado.
• Cometer falta en contra de otra persona y permitir que surja el conflicto entre dos personas. Si no se reparar el daño a otra persona, de nada sirve clamar al cielo por el perdón; se debe obtener del ofendido y reparar el daño, para luego equilibrar en la justicia divina.
En lo que se refiere a la relación de pareja, El jardín de la fe marca un camino que me parece interesante, con roles por esencia de género y en equipo por un fin común: La paz conyugal y del hogar. Nos guía hacia la relevancia y la profunda razón del por qué trabajar por lograr una relación de pareja congruente.
Sé que puedo estar sonando extrema en cuanto a temas religiosos, comprendo que tomar el ejemplo de una religión que pocos conocemos a fondo puede causar resquemores. ¿Por qué no innovamos la manera de vivir y nos atrevemos a reconocer que hay más allá? Quizás, así como yo, ustedes encuentren explicaciones claras que sumen valor a sus convicciones.
Cristo nació, creció, se educó, vivió y murió siendo judío, por lo que sus palabras surgían de esa conciencia y de su sabiduría… Les invito a averiguar cómo es que se crece conociendo las raíces reales y profundas de nuestra propia religión.
 A veces, de manera ignorante y en todos los niveles de instrucción, hemos escuchado que los judíos mataron a Cristo… ¡Nada más equivocado! Ésa es una gran mentira manipuladora, que siembra resentimientos y guerras…. Una falacia que se ha usado por siglos, quizás para que no busquemos conocer más… En la verdadera fe, existe una enorme libertad y un gran amor.
La fe es universal y sólo a Dios corresponde otorgarla a quien la clama. En la eternidad misma no existen religiones, fronteras o razas.
Así que espero que te des la oportunidad de leer, que seas tú mismo desde la congruencia de tu alma quien tome lo que es para ti y dejes por la paz lo que no te funcione; pero no hables sin conocer y no repitas sin cuestionarte: ¿Será eso cierto? |
