*“Los integrantes de una comunidad universitaria estamos obligados a discutir sin prejuicios las ideas más diversas, sin más coto que el respeto de la opinión distinta, sin más exigencia que la mesura en el tono, que nos permita escuchar la voz ajena”: enfatizó Hernández Nava.

El rector José Eduardo Hernández Nava reiteró su apoyo a la Federación de Egresados de la Universidad de Colima (FEUC), durante el tradicional desayuno que comparten autoridades universitarias con numerosos profesionistas que se han formado en la casa de estudios.

El líder universitario señaló que la U de C continúa “con la formación de hombres y mujeres profesionalmente éticos, conscientes y solidarios con sus semejantes, lo cual es perceptible en el desempeño de sus 35 mil egresados”.

Por su parte el presidente de la FEUC, Carlos Garibay Paniagua, dijo que el papel de esta federación se centra “en la disposición para definir proyectos de unidad, capacidad, mérito, fuerza creativa y sobre todo en el amor por la Universidad de Colima, en términos de concordancia, comunicación y armonía, privilegiando los intereses superiores de nuestra casa de estudios”.

Garibay Paniagua hizo un recuento de las acciones desarrolladas durante su gestión; ofreció la cifra de 35 mil egresados a la fecha y habló del trabajo realizado conforme a la reglamentación estatutaria del organismo que preside.

Entre las actividades de la FEUC, dijo, destacó su participación social en diferentes actos convocados, la bolsa de trabajo con más de 165 empleadores, las brigadas de apoyo comunitario para ofrecer servicios de profesionistas y el apoyo en catástrofes como las acontecidas en Veracruz y Tabasco.

En el desayuno estuvieron presentes los exdirigentes de la FEUC, Miguel Chávez Michel y Juan Flores Preciado, integrantes de los comités municipales por carrera así como miembros del Comité Ejecutivo de la FEUC.

“Los integrantes de una comunidad universitaria estamos obligados a discutir sin prejuicios las ideas más diversas, sin más coto que el respeto de la opinión distinta, sin más exigencia que la mesura en el tono, que nos permita escuchar la voz ajena”, enfatizó Hernández Nava.

“En un mundo donde la intolerancia es moneda de curso corriente, mucho gana la humanidad cuando se consolida un ámbito de libertad como nuestra universidad”, finalizó.