*La investigadora de la Facultad de Letras y Comunicación impartió conferencia sobre la poética del escritor colimense Rogelio Guedea.

“Desde siempre, la referencia al mundo cotidiano, personal, intimista de los seres humanos ha estado dentro del discurso literario, salvo que en algunas ocasiones, pensando a partir de los géneros literarios, esta propensión a lo cotidiano se subraya de manera más clara”.

Lo anterior fue señalado por Ada Aurora Sánchez Peña, investigadora de la Facultad de Letras y Comunicación, al dictar su conferencia “De espejos y reflejos: una poética de la escritura en las minificciones de Rogelio Guedea”, donde aseguró que el autor colimense muestra una cualidad especial de la cotidianidad que apunta hacia una revelación.

Expuso que la poética de Guedea muestra universos cotidianos comunes de los seres humanos como la pareja, el matrimonio, etc., y que “mediante sus recursos artísticos pone en duda lo cotidiano para rastrear una revelación, una sorpresa, y lo inusitado en donde menos pensamos que exista”.

De este trabajo destacó la reconfiguración que el autor hace de la realidad y que permite a los lectores verse de una manera distante y distinta, pero al mismo tiempo más cercana y humana al hecho cotidiano enunciado en las páginas.

Explicó que las minificciones son aquellos textos que no rebasan las doscientas palabras y que también se denominan mini cuentos o relatos ultra cortos.

En Hispanoamérica, el género de la minificción tiene una amplia tradición. Julio Torri es el iniciador de esta tradición, a la que posteriormente se han sumado Augusto Monterroso, Felipe Garrido y Eduardo Galeano, entre otros, ejemplificó la conferencista.

Este escritor colimense ha publicado más de treinta libros de poesía, novela, ensayo, crónica, entrevista, artículos periodísticos y minificción; “en sus trabajos muestra una poética de la cotidianidad, como en su obra más reciente ‘La vida en el espejo retrovisor’, dijo Ada Aurora Sánchez.

“En Rogelio Guedea, la escritura es herida y bálsamo, algo que no puede dejar de emanar; en breves conclusiones de sus trabajo, menciona que existe una intención entre observador y lo observable. Desde su visión del mundo ejemplifica que el uno y el otro son al mismo tiempo. Además, pinta con palabras como ‘un grano de arroz’, lo que otros hacen en novelas de trecientas páginas”, finalizó.