* Domingos Infantiles ofrece la opción de escuchar Cuentos Colimotes, de Gregorio Torres Quintero, en voz del narrador Carlos Giffard. * La cita es todos los domingos de febrero a las 12:00 horas en el Foro Pablo Silva García. Organiza la Dirección General de Difusión Cultural. Como un vehemente amante de los paisajes que ahora habitamos, o como un espectador de un pueblo lejano donde interactúan personajes peculiares y conocidos; como un artesano que con palabras teje un mural de vívidas emociones e inquietudes, amores bajo palmeras y limones, y las andanzas y usanzas del viejo Colima tradicional; el Profesor Don Gregorio Torres Quintero nos narra en sus Cuentos Colimotes sobre lo pintoresco de los follajes, los grandes senderos arbolados por donde ha germinado la orgullosa raza colimense, y una gran gama de tonalidades que estimulan los sentidos cual punzadas de deseos y contrastes que nunca caen en la costumbre cotidiana. Citas iluminan ante nosotros un cuadro de grandes pinceladas: “Una brisa, cargada de emanaciones salinas, rizaba la superficie del río, formando innumerables facetas donde la luz jugueteaba en mil puntos movibles que se encendían y se apagaban como un avispero de estrellas fugaces” (Cuentos Colimotes). Es esta grandeza que persiste donde permanecen inmóviles las voces del recuerdo: en la negrura de las grietas de cada colina, edificio y calle de nuestra ciudad. Ahora se busca la grandeza en tiempos difíciles, donde hay que reencontrarnos con nuestras verdaderas raíces: el amor por lo nuestro, por lo que nos forjó, por nuestras tradiciones, por lo auténtico, por la costumbre de sentarse a oír las historias de los más viejos y aleccionarse para una vida más justa y consiente. Volvamos a mirar con amor las palmeras, el mango, el tamarindo; los ríos y el mar; y agradecer la sensibilidad de gente como Don Gregorio, y su maestro, el escritor Ignacio Manuel Altamirano por rescatar lo sublime de la memoria con su prosa libre y aleccionadora. Aquí no valen las licencias poéticas, ya que como diría Soren Kierkegaard: “La poesía emana de la realidad de los sucesos, sin tener que ir a buscarla ya elaborada por el pensamiento de otro” Cuentos Colimotes no es un libro ajeno a nosotros para estar exentos de echar a volar nuestra imaginación a cualquier edad. Uno puede respirar el aire de estos paisajes, escudriñar las barrancas, mecerse entre los tamarindos y palmeras; llenar la pupila con los colores del centro histórico y tranquilizarse con el aroma del trópico caluroso y húmedo en medio de las plantaciones de limón. Los cuentos nacen de una idea primigenia y sencilla: desde las primeras visiones de un niño en ciernes que vio el mar por primera vez, hasta los relatos fantásticos y ensoñadores, con matices fantasmagóricos, incluso crudos, desgarradoras imágenes de muertos y leyendas; desafíos de un pueblo que tiene que sobrevivir aún ante las inclemencias de la flora y fauna que lo rodea. También está el concepto de un “tesoro” al que hay que aspirar, siendo o no afortunado en encontrarlo, el personaje se valora a sí mismo y no necesita más que agradecer lo que ya tiene. La trama transcurre rápido, es ameno, y con un lenguaje propio con el que es fácil identificarse. Qué mejor opción para escuchar estos cuentos que en compañía de Carlos Giffard los domingos de febrero en el Foro Pablo Silva. La moraleja estará presente en cada cuento según el orador, la ética será un punto a favor en la generación de jóvenes ciudadanos; el humor y el carisma serán el sello indeleble que acompañarán estas sesiones. ¿Qué acaso no es una labor muy noble el educar en base a la cultura y el nacionalismo? ¿Qué es preciso en la literatura de la Revolución? El precepto de anhelo de un cambio certero y duradero que deje huella en los corazones de quienes tenemos ahora la patria en las manos. |