La calidad de las elecciones, seminario en la UdeC *“La aspiración es que ésta sea una medida temporal y que se dé la incorporación de la mujer, de manera natural, tanto a la vida de los partidos como a los cargos de representación pública y a los de autoridad dentro de los propios partidos políticos”: Marván Laborde, UNAM.
**“No se debe normar con la idea de que el equilibrio es posible sólo cambiando la ley”: Flavia Freidenberg, UNAM.
“Es sólo mediante cuotas de género como puede acelerarse el proceso de participación y representación de las mujeres en México; la aspiración aquí es que ésta sea una medida temporal y que se dé la incorporación de la mujer, de manera natural, tanto a la vida de los partidos como a los cargos de representación pública y a los de autoridad dentro de los propios partidos políticos”. Esto lo dijo María Marván Laborde, profesora investigadora de la UNAM en el panel: “Las exigencias de la paridad de género para la democracia interna de los partidos políticos”, que se realizó este fin de semana como parte de las actividades del seminario internacional “La calidad de las elecciones en contextos de procesos de reforma política reciente”, celebrado en la Universidad de Colima. Laborde destacó que hoy en día existe la obligación de que los partidos políticos tienen que considerar la paridad como una parte de sus políticas y que la autoridad electoral, a nivel administrativo y jurisdiccional, debe revisar que se cumplan dichas políticas en los términos señalados. Para ella, además de modificar las leyes y de la exigencia de cuotas, es importante ir más lejos y transformar la visión que actualmente existe sobre las mujeres. Aquí cito como ejemplo el contenido de los spot de los partidos, en los que pocas veces hablan las mujeres “y en los que se está reforzando de manera constante la política como un espacio masculino en donde los hombres tiene voz y las mujeres son parte del acompañamiento”. Durante el panel, los expertos recordaron que en el marco de la reciente reforma político-electoral que inició con cambios sustantivos a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se aprobó la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, con la que México se suma a un total de seis países de América Latina que han adoptado el principio de paridad de género. Otro de los integrantes del panel, Víctor Alarcón Olguín, profesor investigador de la UAM Iztapalapa y presidente del Consejo Directivo de Estudios Electorales, abordó cómo lograr la paridad efectiva en México. Dijo que derivado de la reciente reforma electoral 2014, “se incrementaron los equilibrios verticales y horizontales en la construcción de la selección de candidaturas, lo que no necesariamente garantiza en términos efectivos que se tenga una mayor participación de las mujeres en los congresos y ayuntamientos”. Su propuesta, además de pedir que las mujeres titulares no renuncien al cargo a favor de sus suplentes hombres, es que “se deben seguir generando acciones, principalmente de tipo cultural y cambio de mentalidad, que permitan generar un mayor equilibrio entre los hombres y las mujeres”. Por su parte, Flavia Freidenberg, representante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, habló de cuestiones como las barreras que enfrentan las mujeres en México para participar en la vida interna de los partidos y en la política, “sobre las que se debería reflexionar, y no normar con la idea de que el equilibrio es posible sólo cambiando la ley”. Añadió que son muy pocas las mujeres que ejercen cargos de representación a nivel Latinoamérica y que en países como Brasil “se ha tenido un profundo cambio simbólico entre las mujeres que se reconocen capaces de su desempeño”. Argentina, recordó, fue el primer país de América Latina en introducir las cuotas de género, en 1991. Por último, dijo que Latinoamérica es, comparada con otras regiones del mundo, “la zona donde más mujeres ejercen cargos de representación y donde el nivel de empoderamiento de las mujeres es mayor gracias a medidas de acción afirmativa que ayudaron a romper una tendencia que discriminaba la participación de la mujer”. |