26 de septiembre de 2014 21:20:00 horas
*“La tendencia actual es buscar la reducción del riesgo a través de una preparación, más preventiva que reactiva, que permita la reducción de la vulnerabilidad ante los diferentes escenarios de riesgo”, señaló.
La percepción de un volcán activo y la forma en que la podemos aprovechar para vivir adecuadamente con el riesgo que representa, fue el tema que abordó Servando de la Cruz Reyna, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, durante la ponencia “Convivir con volcanes activos”, enmarcada en el ciclo de conferencias que realiza la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima cada jueves a lo largo del semestre.
“En México han ocurrido en promedio seis erupciones por siglo en diferentes lugares, lo que representa un promedio inferior al de Centroamérica y ha originado que la percepción del riesgo volcánico en nuestro país sea menor en comparación con aquella parte del continente, donde ésta es amplia”, afirmó de la Cruz Reyna.
Aclaró que el concepto de “volcán activo” no significa que la montaña esté en erupción ni que emita fumarolas, sino que mantiene un potencial de riesgo que puede concretarse en cualquier momento.
Al hablar sobre la erupción del volcán El Chichón, en Chiapas, ocurrida del 28 de marzo al 3 de abril de 1982, uno de los peores desastres volcánicos del país, de la Cruz Reyna señaló que tal experiencia condujo a una evolución en la percepción del tratamiento y riesgo volcánicos en México.
“Un volcán ‘pequeño’ y una erupción ‘improbable’, en ausencia de un sistema organizado de prevención, preparación y respuesta, causaron devastación, numerosas pérdidas humanas y un daño económico directo estimado en miles de millones de pesos”, enfatizó.
De igual manera, Servando de la Cruz dijo que “la tendencia actual es buscar la reducción del riesgo a través de una preparación, más preventiva que reactiva, que permita la reducción de la vulnerabilidad ante los diferentes escenarios de riesgo”, señaló.
Por último, dijo que “al plantear los desastres como objetos de estudio de la ciencia, se aplican las ciencias exactas y naturales al análisis de las manifestaciones destructivas y a la generación de escenarios de riesgo, mientras que las ciencias sociales se enfocan a la investigación para reducir la vulnerabilidad”.