* Esfuerzo, dedicación y amor, cualidades de maestros ganadores del premio “Ignacio Manuel Altamirano”
* Es evaluación de toda una trayectoria, coinciden docentes premiados Carlos Manuel Cervantes Gutiérrez, es maestro de tercer año en la primaria “Rafael Briceño Ramírez” desde hace 27 años y 28 como docente, destacó que nunca imaginó primero, ser nominado y después ser ganador del premio nacional “Ignacio Manuel Altamirano”. “Es un reconocimiento al esfuerzo y trabajo de todos los días no sólo de un ciclo escolar”, mencionó y aseguró que todo el tiempo está pensando en cómo hacer para que los niños desarrollen más habilidades y sean mejores. Al analizar las cualidades de un buen maestro, dijo que debe ser paciente, saber tratar a los niños para crear un buen ambiente de trabajo. También es necesaria la experiencia y la preparación académica para obtener resultados, pero no sólo en buena puntuación en los exámenes internos o externos, sino en todos los aspectos que se trabaja en el aula. “Los maestros están en un proceso de mejora y se ven los avances. Aunque durante mucho tiempo se tuvo un estancamiento con una educación tradicionalista, se ha mejorado porque los maestros han puesto de su parte” aseguró Cervantes Gutiérrez. Cervantes Gutiérrez agradeció a su familia, a sus propios padres por dar la posibilidad de una carrera profesional y también a todos los maestros con los que ha convivido porque ha aprendido de todos y cada uno de ellos. Por su parte Gloria Alejandra Ballesteros Alcaraz quien trabaja actualmente en la Telesecundaria número 4 “Gregorio Torres Quintero”, de la comunidad de Zacualpan del municipio de Comala, con 16 años de servicio, expresó que fue una gran emoción recibir la noticia de que era la ganadora del premio “Ignacio Manuel Altamirano”. Dijo que este reconocimiento también implica una gran responsabilidad, ya que deberá seguir haciendo el trabajo de la mejor manera posible, siempre en beneficio de los alumnos con calidad educativa, ya que esto es un ejemplo para los demás, “es una línea a seguir, por eso no se puede bajar la calidad”, puntualizó. Señaló que este premio aunque se entrega de forma individual, implica que para lograrlo se debió trabajar en equipo; “si uno trabaja como colectivo, siempre en busca del beneficio de la educación de los alumnos, se logran mejor las cosas. Yo creo que es un esfuerzo personal apoyado del esfuerzo colectivo de todos los compañeros. Veo en ellos esas ansias de seguir superándose aunque tengan muchos años de servicio y toda una trayectoria, continúan dando lo mejor de ellos”. Rosario Edith Rojas Rentería, maestra del nivel preescolar desde hace 12 años, quien actualmente trabaja en el jardín de niños Manzanillo, en la colonia “Las Joyas” del municipio porteño, coincidió en que es un orgullo ser maestra porque da muchas satisfacciones profesionales y personales al ver a los niños que se van moldeando para que lleguen a ser personas de bien. Coincidió con sus homólogos en que recibir el premio nacional “Ignacio Manuel Altamirano”, es un gran orgullo y para lograrlo, la familia, los compañeros de trabajo y alumnos fueron fundamentales. Al reconocer que los maestros de Colima están preocupados por su preparación y actualización señaló que todos trabajan bien, que se esfuerzan más y constantemente se están preparando para brindar una escuela de calidad para todos los niños. Como maestra de preescolar, Rojas Rentería reconoció que además de la preparación es necesario el amor por los niños y por la profesión “Si lo haces con amor y te gusta, siempre vas a ver tu esfuerzo reflejado en un éxito, como en este premio. Todo lo que se hace con amor siempre va a dejar huella”, aseguró la educadora. |