Dado que este es “un espacio donde se vive lo humano, entre seres humanos”, daremos cuenta de un gran humano que entregó todos sus dones para nuestro deleite y amor por el conocimiento: FRIEDRICH NIETZCHE, quien un 15 de octubre de 1844, vió la luz en Röcken, Alemania.
“Nadie dijo que para ser un gran hombre en la historia universal, habría que ser un mortal perfecto”, tendría que quedarse como frase célebre al referirnos a Nietzche, un hombre de carne y hueso que vistió, calzó estudió, compartió y lloró como tú, y como yo, que conoció el abismo de la amargura, que nadó en el pantano del sufrimiento, que gracias a sus vivencias tan humanas, desarrolló su capacidad de entregar su riqueza espiritual a poetas, filósofos y pensadores por igual, por su contribución literaria, por los aportes que hizo a la psicología, a la sociología, a la fenomenología y a otras disciplinas que enriquecieron sus conjeturas gracias a sus reflexiones y convicciones.
Lo celebramos desde hoy y para siempre, sus admiradores