*Martha Alicia Cortés, madre de un niño con síndrome de Asperger, comentó que es lamentable que los médicos no puedan detectar la enfermedad cuando son niños y que atribuyan su comportamiento a una sobreprotección de la madre. El síndrome del Autismo forma parte de los trastornos generalizados del desarrollo que afecta a cierto número de personas desde su nacimiento, pero más que ser una enfermedad personal se ha convertido en una problemática social, lo cual se debe a la desinformación de la población y de los médicos, según lo informó María de Jesús Chávez Martínez, presidenta de la Fundación “Tato”. La Fundación Mexicana del Autismo “Tato” en Colima, informó Chávez Martínez, tiene como objetivo brindar asistencia médica y educativa a las personas con trastornos de desarrollo, como el autismo, para optimizar su calidad de vida, ya que a éstas y a sus familias les resulta difícil integrarse a la sociedad. Las personas que tienen este tipo de problemas, añadió, se desarrollan durante toda su vida con el pensamiento infantil; es decir, nunca dejan de ser “niños” aun cuando son mayores de edad. Por ello, en la Fundación “Tato” se les estimula para que puedan incorporarse a una sociedad que desconoce acerca de esta enfermedad y que, por ende, las discrimina. Esta información fue dada a conocer durante la mesa redonda sobre Autismo, que se desarrolló en el Museo Regional de Historia como parte de la Expo Neuro 2013 organizada por la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima. Martha Alicia Cortés, madre de un niño con síndrome de Asperger, comentó que es lamentable que los médicos no puedan detectar la enfermedad cuando son niños y que atribuyan su comportamiento a una sobreprotección de la progenitora. El trastorno hace que las personas sean crueles, dijo la presidenta de la fundación: “No es lo mismo un niño normal en un espacio infantil que un niño con este trastorno, porque las mamás empiezan a retirar a los suyos, como creyendo que se les va a contagiar; eso es lo que más nos duele, lo que más nos lastima”. También en las escuelas se carece de espacios adecuados para estas personas. En varias ocasiones se les tiene que cambiar de plantel debido a su comportamiento; sin embargo, lo que no saben las maestras “es que son niños muy inteligentes, si supieran tratarles. Esto nos demuestra que los profesores ni siquiera saben que este trastorno existe, mucho menos tienen la capacidad para entenderlo”, dijo Martha Alicia Cortés. Desafortunadamente en Colima, añadió, no se cuentan con cifras de cuántos niños tienen este trastorno, lo que es un hecho es que ya hay pruebas de que a partir de los 18 meses de nacimiento pueden detectarlo; sin embargo, actualmente se diagnostican dentro de los 5 o 7 años de edad. María Chávez Martínez explicó que los padres pueden saber si su hijo tiene uno de estos trastornos cuando desde la cuna no preste atención cuando lo llaman, cuando no pida de comer o no voltee a ver cuando la mamá lo quiera abrazar: “Los bebés son muy demandantes, sin embargo los niños con estos trastornos, en especial, los que tienen autismo, no son así”. |