*Anatoly Zatin explicó que el nivel nacional es muy bajo, “por ello buscamos a maestros reconocidos y virtuosos para impartir clases de manera personal a nuestros alumnos, mediante la academia”.

Jóvenes virtuosas del piano reconocen a la Academia Internacional de Música, organizada una vez al año por el Instituto Universitario de Bellas Artes (IUBA) de la Universidad de Colima, como el lugar idóneo para reunirse con maestros de altísimo nivel y perfeccionar su técnica e interpretación al piano.

Daniela Liebman, pianista de 10 años; Berenice García Iñiguez, de la Universidad de Guadalajara y Argentina Durán, de la Universidad Veracruzana, coincidieron en que los maestros Namik Sultanov (Estados Unidos), Mikail Markov (Holanda) y Anatoly Zatin (Rusia-México) las aconsejan muy bien para mejorar musicalmente sus ejecuciones durante las clases magistrales.

Argentina Durán tocó el estudio Opus 25 No. 1 de Chopin, Affanatto Opus 42, No.5 de Scriabin y Dumka, de Tchaikovski, ante los maestros Anatoly Zatin y Mikail. La joven explicó en entrevista que viene desde Veracruz para mejorar su nivel, porque conoce el trabajo del maestro Zatin.

Además de las enseñanzas técnicas, dijo Durán, “me dan sus ideas de musicalidad, de cómo debe interpretarse cada tipo de música y cada tipo de autor, porque siempre son diferentes”.

Los consejos de técnica pueden ser para mejorar cómo levantar el dedo, la velocidad para tocar más rápido y más notas, cómo sentarse, y lo que debe transmitir la música. Sobre la interpretación, los consejos se aplican en la melodía, su secuencia, y lo que quería el autor expresar más allá de la partitura.

Berenice García, quien regresa por segundo año a la Academia Internacional de Música, además de perfeccionar su ejecución busca tener contactos profesionales y conocer más jóvenes que se desenvuelven en el medio.

“Regresé con el maestro Zatin para que me oriente”, señaló Berenice, y explicó que quiere perfeccionar una sonata de Beethoven denominada Waldstein, Los Jardines sobre la lluvia, de Claude Debussy, y el Scherzo de Chopin “que usaré para mi recital de titulación”.

Para la pianista García Íñiguez, las clases de la academia, la interpretación y la técnica se combinan para mejorar la pieza. “Sobre técnica dan consejos para manos, brazos, y principalmente dedos, pero para interpretar una pieza te guían para saber cómo expresarla, para que suene tal como la escribió el compositor, para no hacer cosas de más o de menos y respetar la partitura”.

Otra virtuosa, pero muy joven, Daniela Liebman de 10 años de edad y estudiante de la Escuela de Música de la Universidad de Colima, presentó ante Mikail Markov la Tocata de Vitalii Filipenko, al seguir el consejo de su maestra Vlada Vassilieva de presentar una pieza que sea difícil para que el consejo de los expertos mejore la ejecución.

A Daniela, durante su clase, el maestro Markov le modificó una nota al tener mal escrito un fa en lugar de un sol, error que fue detectado durante la presentación abierta observada por su padre Rob Liebman y algunos estudiantes.

“Se puede hacer todo; pareciera que nada más tocas teclas, pero no, es cómo las tocas, lo fuerte, lo suave, la forma en cómo las tocas, qué largo, qué corto, el pedal también. Parece fácil al verse, pero no lo es. También es importante cómo se lee la partitura; es todo junto con el solfeo”, añadió la niña Liebman.

Al respecto, el director del Departamento de Música del Instituto Universitario de Bellas Artes, Anatoly Zatin, explicó que el nivel nacional es muy bajo, “por ello buscamos a maestros reconocidos y virtuosos para impartir clases de manera personal a nuestros alumnos mediante la academia”.

Durante estas clases, añadió Zatin, “participan todos los alumnos de la escuela de música del IUBA, desde el nivel infantil, bachillerato, licenciatura, e inclusive los maestros asisten para aprender también”.